lunes, enero 07, 2008

Mi amante perfecto

Todo había vuelto a la normalidad. Nuestras pláticas por teléfono comenzaron a ser más largas y no había día que no se conectara en el messenger ya sea para decirme cuánto le gustaba o para escribirme poemas de amor.
Yo cada vez reía más. Mi rostro irradiaba luz y felicidad a mil klómetros de distancia, y no podía ocultarlo: estaba bien paseada, alimentada y cogida.
¿Qué más podía pedir, dama de cortas experiencias sexuales?
¿Qué más podía pedir yo, mujer madura de deseos ocultos inimaginables?
Mi amante perfecto.
Quien me hace el amor todo el día.
Quien me habla de amor.
Quien me busca a todas horas.
Quien me enloquece totalmente.
Soy suya.
De los pies a la cabeza.
(CONTINUARÁ...)

1 comentario:

Al6665 dijo...

Que bien que escribes de nuevo, hace rato no pasaba, pero me pondré al corriente con tus letras.