El resto de ese día permanecí a la expectativa esperando su reacción. Porque los hombres son muy raros. Cuando tienen un orgasmo y se les baja el deseo, entonces ya se acuerdan de todo y piensan en lo demás.
A mí me preocupaba que se acordara de su novia, y esa tarde se hubiera convertido en debut y despedida. Bueno... pues me llamó casi al anochecer para dos cosas: preguntarme si "me cuidaba", pues no habíamos usado condón, y para... decirme que estaba yo ¡ri-quí-si-ma!. ¡Vaya!, me encantó eso, pues con ello comprendí que su novia no iba a ser obstáculo, por lo menos no pronto. Respecto a lo otro, lo tranquilicé explicándole cómo me cuido.
Al día siguiente lo vi taaaaan contento, que no pude evitar considerar un éxito mi erótico plan. Yo tampoco conseguí disimular mi alegría. Mi rostro brillaba, mi mirada era otra. Las perceptivas compañeras no dejaron de darse cuenta de que "tenía cara de haber cogido toda la noche". Y así fue, mínimo cada semana. No importaba la hora. Fuera mañana, tarde o noche, cada fin de semana lo tenía dentro de mí, penetrándome hasta pedir "ya no más".
¡Aaaaay mi hombre! Me escribía cartas hermosas, me llamaba todos los días, y diario también me daba mis dosis eróticas de besos y manoseos. Todos los días, absolutamente todos los días, llegaba a casa con mi vagina empapada, los pezones erectos y mil fantasías sexuales en mi cabeza.
Después comencé a llevármelo a los sitios de mi gusto. Cafeterías, bares,cantinas, restaurantes. Estaba viviendo una deliciosa adolescencia tardía, pero sin duda mejor porque ¡ahora sí podía hacer lo que quisiera! Me gustaba tocarlo y que me tocara, en lugares públicos; que todo mundo se muriera de antojo por semejantes besos y manoseos en las nalgas y el sexo. Era excitante excitarme frente a la excitación de los demás.
También me dio por vestirme como nunca: cada vez con menos ropa interior, escotes y pantalones super "embarrados". No usar sostén y que los pezones erectos se notaran en las blusas me encantó. O vestir los jeans o faldas sin pantaletas, ni medias, ni fondo, nada. Y me excitaba andar así. Puedo decir que vivía eternamente excitada y mojada.
No exagero. Así fue. Por meses. Y en ese tiempo también otros hombres me persiguieron, me cazaron, me acosaron. Compitieron entre ellos. Fui el sueño erótico de todos ellos, mientras el más joven de ellos era el que me cogía. Me mamaba muy rico. Me ponía a galopar sobre su miembro, esa verga increíblemente siempre dura, grande y caliente. Las ventajas de la juventud... (Continuará)
miércoles, noviembre 01, 2006
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3 comentarios:
Hey, valio la pena la espera, el relato va muy bien.
[ Gracias por el Link ;) ]
Saludos
uyyyy carambas que experiencias, ya nos contarás con mas detalle, me hubiese guatdo verte pues,,, ahi con esa ropa que dices usabas... wowwww..
Bueno un saludo, y espero nos sigas contando....
Tengo mucho que contar aún.
Besos
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